Josep Borrell (Pobla de Segur, Lleida, 1947) está curtido en mil batallas y es, probablemente, el político español que mejor conoce las dinámicas de la Unión Europea. Tampoco tiene pelos en la lengua: es directo, firme, capaz de marcar el paso en un momento decisivo -y peligroso- para Europa. En plena escalada en Oriente Medio tras los ataques de Irán sobre Israel y con la guerra en Ucrania enquistada, el Alto Representante de la UE responde a 20minutos para analizar el presente y, sobre todo, el futuro del continente en pleno cambio de caras también en Bruselas. Dejará paso a la estonia Kaja Kallas en un puesto que ha tomado peso con el catalán al frente. Acaba esta legislatura satisfecho, pero consciente de que la Unión tiene todavía muchos deberes por hacer.
En el Foro la Toja, desde donde atendió a este medio, el catalán resumió este lustro al frente de la política exterior de la UE. "Este cargo es una enorme lección de humildad porque constatas lo difícil que es resolver los problemas de la humanidad. Constatas cuánta inteligencia y esfuerzo se estrellan contra la estupidez humana", expuso. Y también tuvo tiempo para la exigencia y la autocrítica: "Si la obra humana se juzgara por el empeño, las horas dedicadas y el esfuerzo, probablemente merecería un notable alto. Pero si se tuviera que juzgar por los resultados, estos están muy lejos de ser los que hubiera deseado".
Ha pasado un año del 7 de octubre, ¿ve a la UE, o mejor dicho a sus Estados miembros, a la altura de lo que pasa en Oriente Medio?Efectivamente la UE en política exterior es fundamentalmente lo que acuerdan sus Estados Miembros, casi siempre por unanimidad, lo que es una dificultad en sí misma. Nos hemos puesto de acuerdo en condenar sin ambages el terrorismo de Hamás, en que hay que desescalar, que ha de haber un alto el fuego en Gaza, también para liberar a los rehenes, y que hay que poner en marcha la solución de los dos estados. Pero ciertamente hay distintas posiciones en cuanto a cómo ejerce Israel el derecho a su defensa, lo que seguramente ha impedido medidas de presión efectivas a este respecto. Yo sí que he sido muy claro que en Gaza con la muerte continuada de civiles no se está respetando el Derecho Internacional Humanitario.
La UE lleva décadas defendiendo la solución de los dos Estados para Israel y Palestina, usted asegura que ha faltado pasar a la práctica. Teniendo en cuenta la situación, ¿cómo se alcanza ese ‘final’? ¿Lo ve posible? También pensando en la posición de Israel como Estado rodeado de 'enemigos' estratégicos.
Se alcanza paso a paso, primero poniendo fin a la espiral de violencia, que ahora se está extendiendo al Líbano y quién sabe si también a Irán. La mayoría de la comunidad internacional está en favor de crear el estado palestino, a lo que desgraciadamente se opone Netanyahu. Acabamos de constituir una Alianza Global de estados para alcanzar este fin. Esto es imprescindible, porque sin los dos estados no habrá nunca paz ni seguridad en la región, sobre todo para el propio Israel.
Venimos de unos días de gran escalada en el Líbano y también con los ataques de Irán sobre Israel, ¿quedaría la UE en una posición delicada si todo deriva en una guerra regional?Una guerra regional sería sin duda una mala noticia para Europa, pues Oriente Medio está en nuestro vecindario, pero también para el conjunto del mundo.
España, junto a otros Estados miembros, ha dado el paso de reconocer el Estado palestino. ¿Cree que debería ser uno de los primeros avances por parte de los Estados miembros?
El reconocimiento del estado palestino es una competencia de cada Estado miembro. Es un paso simbólico de carácter político que constituye un compromiso para buscar una solución. Se reconoce más que un Estado, la voluntad de que este Estado exista.
¿Puede verse quizá desde algunas esferas como una forma de ‘validar’ a Hamás?
Por supuesto que no se trata de eso. Se ha reconocido a Palestina, cuyo representante no es Hamás sino la Autoridad Nacional Palestina con sede en Cisjordania.
Josep Borrell Fontelles
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Josep Borrell (Pobla de Segur, Lleida, 1947) es desde 2019 el Alto Representante de la Unión Europea y vicepresidente de la Comisión Europea. Antes fue ministro de Exteriores (2018-2019) y después cabeza de lista del PSOE para las elecciones europeas, algo que ya había sido en 2004. Entre ese año y el 2007 ocupó el cargo de presidente del Parlamente Europeo. También ha sido ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y secretario de Estado de Hacienda.
Pasando ya a Ucrania. Estamos ante una invasión (una guerra) claramente enquistada. ¿Cómo se sale de ahí?Mucha gente desea que la guerra se acabe cuanto antes. Para empezar los propios ucranianos. Pero lo importante es el cómo. Si dejamos de apoyar a Ucrania, en quince días se termina la guerra y Putin logra sus objetivos. Pero, ¿queremos esto para los ucranianos, y para la seguridad de nosotros mismos, los europeos? Hemos de hacer todo lo posible para que llegado el momento se pueda negociar en términos favorables a la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Si dejamos de apoyar a Ucrania, en quince días se termina la guerra y Putin logra sus objetivos
¿Qué balance hace de sus cinco años como Alto Representante de la UE?Creo que hemos dado pasos importantes para ser un actor geopolítico, no solo comercial.
¿Qué grandes pasos destacaría?Hemos aprobado catorce paquetes de sanciones para penalizar la máquina de guerra de Putin, y hemos dado ayuda militar a un país en guerra. Con la Brújula Estratégica hemos aprobado una Capacidad de Despliegue Rápido de 5.000 militares, bajo mando europeo, es decir, hemos creado una capacidad europea propia para intervenir en situaciones de crisis.
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